La floración de la vid
Desde finales de mayo a principios de junio tiene lugar en la viña uno de los ciclos vegetativos más bonitos e importantes; la floración de la vid.
Las flores, blancas y muy pequeñas, se abren a la espera de ser polinizadas por los insectos o la propia acción del viento. Una vez que esto ha sucedido, empieza a desarrollarse el grano de uva. Esta fase en la que se transforma la flor en fruto se denomina “cuajado”
La floración determinará el volumen de la cosecha y la fecha de comienzo de la vendimia, suelen pasar unos cien días desde el cuajado hasta la recolección de la uva.
Son necesarias unas ciertas condiciones climatológicas para la correcta evolución de este proceso; temperaturas en torno a los 20 grados, mucha luz solar y poca lluvia. De lo contrario la polinización se ve afectada, pausando así, el cuajado de la fruta.
Este estado fenológico es algo más tardío en nuestra variedad monastrell, siendo una de las últimas en vendimiarse.
En los viñedos dentro de la DO Yecla, con un clima tipicamente continental y seco, las largas horas de insolación y la altura de los viñedos son un escenario privilegiado para la correcta evolución de las bayas hasta su envero.